miércoles, 3 de julio de 2013

"Ya no me haces falta."

Tiempo. Eso es todo lo que yo necesitaba, para aclararme, para intentar comprenderte y para, finalmente, darme de bruces con la realidad. Nunca pensé que esto nos podría pasar a nosotras, parece mentira, ¿verdad? Como una amistad que era conocida por tanta gente, acabe así.. Y me duele, no te voy a engañar. Me duele muchísimo que, tras cuatro años, todo acabe así. No digo que no fuese lo que tenía que pasar, eso no podemos saberlo, pero sí digo que no me lo esperaba. Y que no puedo comprender como nuestra relación se ha vuelto tan fría, como puedo llegar a sentir miedo de encontrarte por la calle por pánico a tu reacción. A que tu reacción me confirme mis sospechas: que ya no me quieres en tu vida. No sabes lo que me duele escribir estas palabras, así que imagínate decirlas. Insisto en que me duele todo esto y más me duele que ni siquiera podamos mantener una relación de amigas, de simples amigas pero que, en cambio, la situación sea incómoda cuando nos encontramos en el mismo sitio y que me sienta obligada por mí misma a medir mis palabras delante de ti para no hacerte daño o para no alejarte más de mí. No considero que ni tú  ni yo hiciésemos algo mal, porque las dos sabemos que no es así. Simplemente no sé lo que pasó pero, de todas formas, solo quiero que sepas que has sido la mejor amiga que he podido tener y que me alegro de que hayas formado parte de mi vida. El resto ya lo sabes.