lunes, 14 de noviembre de 2011

Mi felicidad ya no depende de ti.

Hoy me siento jodidamente feliz y me gustaría sentirme así todos los días del resto de mi vida. Es una sensación especial; te ríes por todo y por nada a la vez, te da igual si es invierno u otoño, si hace frío o calor... Lo único que quieres es seguir así más tiempo. Estás pensando todo el día en las personas que tienes a tu alrededor, tu gente, y en ese chico que sin saber cómo ni porqué, no sale de tu cabeza; que su sonrisa te envuelve en un mundo paralelo y cada vez que te mira y te guiña un ojo, te derrites. Te pone, no tiene más. Piensas en todos esos días que estabas mal y en los motivos que te hacían estar así y te ríes de ellos. Te das cuenta de todas las veces que "perdiste" pero lo que no sabías es que todas esas veces se iban a convertir en victorias y que te da exactamente igual si es sábado, miércoles o lunes porque te levantas con las mismas ganas de saber que te deparará el día, de si ese chico que tanto te pone, te saludará, sonreirá y guiñará el ojo como tantas otras veces; o si tus amigas te harán reír como nunca con cada gilipollez o simplemente saber dónde irás a comer con tus padres; porque todo esto que sientes y que tanto te gusta, yo, lo llamo felicidad.

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