jueves, 22 de diciembre de 2011

Después de conocer la cantidad de dolor que se puede sentir.

- ¿Sabes? Te echo de menos, echo de menos las tardes junto a ti, te necesito.
- Ya es tarde para echarme de menos.
- ¿Por qué?
- ¿Y aún preguntas por qué? Pues porque yo te he echado de menos todos estos meses, te he necesitado y nunca estabas, he llorado y no me consolabas, he reído y no estabas ahí para reír conmigo, he bailado nuestro baile por si aparecías por la puertas y no, nunca apareciste. Ahora vienes, y me dices que me necesitas, que me echas de menos, ¿y luego qué? Cuando te canses volverás a marcharte y no volveré a bailar sola por si tú apareces. No, lo siento, no voy a ser la tonta que tropieza dos veces con la misma piedra. Lo siento.
- Déjame intentarlo, todo el mundo necesita una segunda oportunidad.
- Lo sé, pero tú llevas más de tres.

No hay comentarios:

Publicar un comentario