domingo, 29 de enero de 2012

Si tú me dices ven, yo voy, pero dime ven.

Pídeme que me quede, que no me vaya. Pídeme que sea yo quién te abrace y quién te lleve por un centro comercial cogido de la mano. Pídeme que sea mi cintura a la que te agarres, que sea mi calor el que sientas y que sea mi olor el que se quede en tu jersey. Dime que solo quieres mis sonrisas, que las de las demás no te dicen nada. Dime que mi risa es tu canción favorita, y que cada noche piensas en mi al acostarte. Dime que le has puesto mi nombre a una estrella, a la que más brilla. Que te mueres por estar allí conmigo y que quieres todos los amaneceres y atardeceres a mi lado. Pídeme una tarde de lluvia en el sofá. Pídeme que te busque después del fin del mundo y pídeme también ir de aquí para allá. Llévame a París y dime que la Torre Eiffel no tiene nada de bonito sin mi en el último piso. Pídeme que sea tu primavera, tu verano, tu otoño pero sobre todo tu invierno. Dime que, al final, me he llevado tu corazón y todo lo que va con él y que me quieres vaya donde vaya. Pídeme una casa con vistas al mar y arena blanca para andar por ella descalzos en las noches de verano. Pídeme mil despertares y mil anocheceres a mi lado. Pídeme mil besos y mil abrazos.

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