lunes, 18 de junio de 2012

Un millón de cicatrices.

Una calada por mis ganas de verte todos los días. Una calada por tus pocas ganas, que luego eran muchas. Una calada por tus manías de niño pequeño. Una calada por mi cama, vacía por las mañanas. Una calada por mi móvil, esperando tus llamadas. Una calada por mi ventana, para que salieras después de tu último beso. Una calada por tus ojos, que dicen que las miradas matan. Una calada por tus lunares, de donde acaba tu espalda. Una calada por nuestra estrella que aparece cuando no me das la cara. Una calada por mi corazón, que no tira la toalla. Una calada por mis sentimientos, que el tiempo no los cambia. Una calada por tus besos, droga que pide mi cuerpo. Una calada por tus cigarros, afortunados de rozar tus labios. Una calada por mi. Y una última por ti.

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