viernes, 20 de julio de 2012

Luchas por ganar las mil batallas de esta vida sin sentido.

Tengo una amiga que un día me dijo "eres más fuerte de lo que tú te crees". Es como mi hermana y es una de las pocas personas que mejor me conoce pero ahí se equivocaba. Yo no soy fuerte, para nada. Yo aparento ser fuerte, que es muy diferente. Yo soy de las típicas que siempre están con una sonrisa; que, cuando están a punto de echarse a llorar, se aguanta y se lo traga o de las que llora por las noches sola, cuando Morfeo la empieza a engañar para que se vaya a la cama sabiendo que, aunque se vaya a dormir a las 10, estará 3 horas y media sin poder pegar ojo pensando en todo y en nada a la vez. De esas soy yo. Y como tanta gente que es así, yo también necesito que piensen en mi, que me tomen en serio cuando estoy mal y que, de vez en cuando, sin venir a cuento, me abracen y me digan que todo va a salir bien. No pido mucho, ¿no? Total, si yo estoy ahí para los demás, es justo que, de vez en cuando, estén ellos para mi, ¿no? Es parte de la amistad.

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