lunes, 20 de agosto de 2012

Aprende a vivir en la realidad.

Te veo y ya no siento nada, pero sigo sintiendo ese algo en el pecho, lo mismo que sentía aquel invierno cuando nos queríamos. Sigue costándome mirarte, decirte "hola". Me sigo preguntando por qué preguntas por mi,  por qué me buscas. Pero, sobretodo, me pregunto por qué lo haces, después de tanto tiempo. ¿Qué esperas, que todavía te quiera? Pues claro que te quiero, pero he pasado página y, para serte sincera, no soy la misma que era, porque, todo lo que me hiciste, me ha hecho cambiar, para bien o para mal, pero cambiar. Y, ahora, no derramaré ni una lágrima por ti. 

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