lunes, 13 de enero de 2014

2014, mi año.

Parece que hace siglos que no me paso por aquí y apenas llega a un mes. No miento si os digo que no tengo nada que decir, que no tengo cosas que contar, nada que sea lo suficientemente bueno como para que vosotros, las pocas personas que os detenéis a leerme, perdáis vuestro tiempo con mis tonterías.

Ya estamos en el 2014 y se me plantea un año nuevo por delante, tengo la manía de decir que es mi año, como si un año pudiese ser de propiedad de alguien, qué tontería. Pero cada año que comienza, me digo lo mismo a mí misma, es una forma de tirar a delante con todo, de coger un poco más de confianza en mí misma para conseguir lo que me proponga, para poder mirar a la cara a todo aquella gente que me dijo que no lo conseguiría, que me juró y perjuró que esta guerra no era la mía, que mis sueños se quedarían en sueños, para mirar a toda esa gente y decirles: aquí estoy, lo conseguí y fue gracias a mí. Para, como yo digo, se den una ostia al ver que fui capaz de conseguir lo que me propuse, que fui capaz de alcanzar mis metas, de ver cumplidos mis sueños y sentirme como una niña de siete años el día de reyes.

A medida que el tiempo avanza son más las metas que me pongo a mí misma, que me obligo a conseguir para que mi autoestima crezca, para darme cuenta de que no soy peor ni mejor que nadie y de que yo también merezco que me pasen cosas buenas.

Mucha gente piensa, y no hace falta que me lo digan para que yo lo sepa, que mis sueños son infantiles que son cosas de una chica inmadura. Bien, a toda esa gente me gustaría decirles que mis sueños, son míos, que no tienen el derecho de opinar sobre ellos porque yo sé por qué quiero conseguirlos y solo yo sé lo feliz que puedo llegar a ser al hacerlos. ¿Y qué si uno de mis sueños es conocer y ver en directo a mis ídolos? A los seis. ¿Qué te importa a ti? ¿Quién eres tú para decirme que no lo voy a conseguir nunca? Pues a ti te digo que solo tengo que esperar a que llegue el 10 de julio para ver a 5 de ellos, y el 26 de abril para ver al sexto. Me gustaría ver la cara de todos esos gilipollas que me dijeron que nunca lo conseguiría, porque yo no me rendí, esperé y esperé y al final, ese día llegará y ya tiene fecha. ¿Qué más te da a ti que mi sueño sea ser periodista? Llámame ilusa, inocente, lo que quieras. Sé que es difícil, que es un mundo en el que es muy complicado hacerte notar, pero es el mundo en el que yo quiero intentarlo. Si tú no te atreves a ir a por lo que quieres y prefieres ir a lo seguro, es tu problema, no el mío. Si no lo consigo, pues no lo conseguí pero no fue porque no lo intentase, eso te lo aseguro. ¿Qué te importa a ti que yo quiera publicar un libro? ¿O solo escribirlo? No te puedes imaginar lo bien que me siento cuando escribo, cuando me expreso a través de las palabras, cuando sé que, aunque solo sea a una persona, le ha gustado un simple texto que he escrito. El orgullo que siento, la felicidad que me inunda es comparable a muy pocas cosas, cosas que quizá yo aún no he descubierto.

No son sueños infantiles, son MIS SUEÑOS, son mis metas, son ilusiones que yo quiero alcanzar para conseguir la felicidad. Es mi felicidad, no la tuya. 

Así que, 2014, ya sabes lo que tienes que hacer, ayúdame a cerrar la boca a todos esos gilipollas que no creyeron en mí, que intentaron que me rindiese, ayúdame a demostrarles que se equivocaban, que si quiero y voy a por ello, lo consigo. Ayúdame a poder plantarme delante de ellos y decirles: Pese a que todos me dijisteis que no, yo conseguí el sí.



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