domingo, 20 de febrero de 2011

Cada corazón merece una oportunidad.

Estás luchando, lo vas a conseguir. Ya es tuyo, sólo un esfuerzo más. Te vuelve a la mente una imagen de él y todo lo luchado ya no sirve de nada, te pones a llorar. Recuerdas todo lo que habeis vivido y todo lo que le has querido, que ha sido mucho y podría haber llegado a ser más. Recuerdas cómo te susurraba al oído todas esas palabras y frases de amor que tanto te gustaban, recuerdas vuestra fecha y cómo sentías la necesidad de dejarla marcada por cualquier parte del mundo. Te gustaba tanto que te dedicase todas esas sonrisas que todavía no eres capaz de asumir que ya no tiene ninguna sonrisa más para tí. Adorabas todo lo que tenía que ver con él, todas sus locuras, y todo lo que estaba dispuesto a hacer por tí. Le echas mucho de menos y se te nota, llevas muchos meses encerrada en tí misma. Añoras la forma en que te miraba sólo a tí y como tener esa sensación de que él era sólo para tí aunque perteneciese a muchas en secreto. Necesitas tenerle cerca y tocarle, besarle, sentirle tuyo. Te invaden todos los recuerdos, y gritas, gritas alto, fuerte, a los cuatro vientos para que todo el mundo te oiga y sepa que aún le quieres, y que él lo sabe. Pero esto no cambia nada, él ya no te quiere, es más, todavía tienes la duda de si algún día te quisó; pero sabes que no te olvidarás de él, que ninguno te hará sentir lo que te hizo sentir él. Que él era único, especial, y que ya no está. Te gustaría tenerle delante para decirle todo lo que sientes, pero sabes que si le tuvieses delante no serías capaz de hacerlo, no te atreverías, porque le quieres y tienes miedo a perderle del todo, aunque es muy posible que ya le hayas perdido.

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