domingo, 17 de febrero de 2013

Filofobia.

Conozco a mucha gente que es así, filofóbica, que se crean muros indestructibles para no sentir nada. Pero, con el tiempo, todo llega. Él era así, el mítico tipo duro que juega con los sentimientos de sus "víctimas", que todo se la resbala, pasa de todo y todos para no sufrir y nunca se dejaría engañar por un tía. Pero, como he dicho, con el tiempo, todo llega y llegó esa chica que le hizo perder la baba por ella, que hizo que todo lo anterior desapareciese, fue ella la que jugo con él, la que le rompió el corazón tras varios meses para poder apuntar un nombre más a su lista de "víctimas" y, entonces, él sintió el mismo dolor que había causado a otras tantas. Pero de eso trata el amor, de ser amado y amar; hay que quitarse tanta tontería de la cabeza, el amor es intenso, tan intenso que parece que duele y, en algunas ocasiones, es así. No merece la pena crearse ninguna barrera para no caer en sus garras, siempre se acaba cayendo. Es algo de lo que no podemos escapar y, sinceramente, yo no quiero hacerlo. Porque el amor es una forma de dirigir tu vida, aunque sufras, aunque llores y los momentos malos ganen a los buenos porque, si no, ¿qué sentido tiene la vida?

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