Últimamente
no hago más que ver tweets o estados en Tuenti que la mayoría están enfocados
al desamor o a esa persona de la que estás perdidamente enamorada que está a
kilómetros de ti, que solo puedes verla a través de una pantalla y ni siquiera
puede recibir un abrazo de ti para que sepa que, pase lo que pase, estarás ahí,
que no la abandonarás. Todo esto me hace reflexionar, ¿no hay nadie que se
considere feliz en este aspecto? Es decir, la misma historia sucede una y otra
vez. Ves a esa persona por primera vez, la conoces, empezáis a hablar día sí y
día también ¿y eso a que te lleva? Exacto, la quieres. Pero la mayoría de las
veces, ese sentimiento no es mutuo y, cuando lo es, habrá miles de obstáculos
que os impidan ser felices; la distancia, terceras personas, discusiones
tontas, los malditos celos e incluso, vuestros padres. Muchas personas tienden,
y me incluyo, a encerrarse en sí mismos, a no mostrar sus sentimientos, se
crean una barrera en la que no dejan entrar a nadie o a pocas personas, y eso
nos lleva a sufrir en silencio. A tener altibajos, días en los que te crees
invencible, que nada puede contigo y que irradias felicidad, pero también a
días que solo quieres llorar y no tienes ninguna explicación, que crees que el
mundo está en contra de ti, que hasta un simple "hola", te saca de
tus casillas. Todo eso me lleva a algunas conclusiones. Conclusiones que, cada
uno, debemos encontrar porque para cada persona, serán diferentes. Para cada
persona, serán únicas, igual que ellos mismos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario