lunes, 10 de octubre de 2011

Por verte sonreír he vuelto yo a perder.

Que me llame como quiera y cuando quiera, sólo en ocasiones, no quiero que esté pegado a mi las 24 horas del día. Que esto no es serio, yo no quiero compromisos con nadie, que tenga un arte especial para jugar en mi cuello y que me pida que le haga cosquillas detrás de la oreja, que de vez en cuando necesite que le eche una mano para comprar ropa. Que le guste que le acaricie, que perdamos el control en su habitación y nos dejemos llevar, que no tenga reparo en llorar con el diario de Noa, que sea el mismo, porque como me hace sentir él no me ha echo sentir ninguno.

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