jueves, 20 de diciembre de 2012

Seguridad.

Es fácil decir "yo estoy seguro de mí mismo, yo tengo la autoestima alta". Exacto, lo fácil es decirlo  lo difícil es sentirlo. Cuando te están recordando todos los días tus defectos, cuando te dicen día tras día que das asco, que nadie te quiere, que estarías mejor muerta... Ahí, nada es fácil, todo se pone cuesta arriba. Mi gente cercana, o no tan cercana, me ha llenado la cabeza de "tú vales más que eso", "no les hagas caso, no saben lo que dicen", "pasa de ellos", "sabes que sí que tienes a gente a tu lado". ¿Lo aprecio? Más de lo que imagináis. El problema es que son 2 personas diciéndote todo lo que vales y 8 deseándote la muerte. ¿Cómo se le puede desear la muerte a una persona? Por muy mal que te caiga, por mucho daño que te haya hecho, desearle la muerte a alguien se merece que no te llamen "persona".
"¿Merezco tanto odio? ¿La gente de verdad me ve así?". Preguntas que están en mi cabeza minuto a minuto, día tras día. Yo, sinceramente, pienso que no, que no merezco tanto odio que, como tú y como los demás, soy humana y las palabras, los detalles y todo eso, me duelen. Con todos esos comentarios podéis conseguir destruir a una persona psicológicamente más rápido de lo que os imagináis. Causáis muchísimo dolor, demasiado...
Yo ahora solo doy gracias por la gente que tengo a mi alrededor, por todos esos que me han demostrado que estarán conmigo a muerte, por todos los que me han intentado animar después de toda la mierda que he recibido... ¿ Queríais joderme? Lo habéis conseguido pero, por favor, parad ya.

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